martes, 24 de febrero de 2015

Carta calmante a aquel infante perturbado y alentadora a aquel adolescente holgazán:


Nuestro pasado nos define y define nuestro mundo. Al fin y al cabo nuestro mundo no es más que una extensión de nuestras percepciones y nosotros no somos más que una extensión de nuestros pasados y acciones. La muerte de un ser humano es la muerte de su tiempo y de un mundo, y sin embargo no hacemos nada. Miles de mundos muriendo. De todas formas, nuestro mundo no es el mundo de todos, sino nuestro. Cuanto poder para una conciencia. Salvemos nuestro mundo mientras podamos. Vamos a morir pero, ¿nuestro mundo va a morir? Una esperanza siempre hay: el legado. Enseñanzas, arte, descubrimientos; extensiones de nuestra percepción en los demás, extensión de nuestra percepción, de nuestra razón... de nuestro mundo en los demás Algo puede sobrevivir. Algo de nuestro pasado, nuestras acciones, nuestras percepciones, algo de nuestro mundo vivirá.

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