martes, 21 de junio de 2011

Y quizá sólo quede el balcón, mi cuarto, el frío.

Pasó la tarde sin avisar, sin encontrarse con la noche.
Ni siquiera el blanco de tus bordes, parecidos a un libro sin abrir, apoyado sobre la cornisa del balcón,
intimidan mis ojos.
No me mires, que prefiero desconocerte.
"Cosas que hace tu bata blanca"; que me recuerda que soy mortal, que me pasea el sueño por sus hilos finos, fríos, mojados.
Tu bata, que espera sentada, reposada en su blancura de mármol, en el balcón, en mi cuarto.
La misma bata que usaste vos, que resaltó a tu cuerpo en paz, es la que ahora me mira fijo.
Vos y tu bata en mi cuarto; en mi balcón. EN TODOS LADOS.
Tu bata dejando rastros de hilos por el tiempo, los gastados, los cansados de tanta vida, hasta que un día desaparezca. Y con ella te vallas vos, y yo.
Y ya no quede nada, ni los recuerdos nuestros, ni los de tu bata, ni mis hilos (ya perdidos al tiempo), ni tus bordes, ni la blancura de tu bata.
Y quizá sólo quede el balcón, mi cuarto, el frío.


Cruz P.


*Inspirado en "Cosas que hace tu bata blanca" de Fabián Casas.