sábado, 26 de julio de 2014

Vestida de pájaro.

La suerte me patea los talones
hasta el acantilado de tu cuerpo
y sonríe el viento en mis manos
que siente las caricias blancas.

De espaldas y culos al mundo
se cruzan nuestras sonrisas;
y por una vuelta de sol
somos, juntos, tan eternos como un instante perfecto.

Tu sonrisa, vestida de pájaro,
me invita a volar
y corro levantando los brazos
hasta el aire liviano de tu aliento, de tu alma.

lunes, 7 de julio de 2014

Onda verde

Caminamos. Miramos el cielo que se tiñe de palabras que no conocemos. Las nubes toman formas tontas y no las entendemos pero igualmente cruzamos el primer semáforo en verde. Miramos el tacho de basura y en él vemos a toda la gente que no lo miró. Hubo gente que pasó por al lado y no lo miró. Cruzamos otro semáforo en verde y el caminar se hace más ameno porque empezamos a escuchar música. Una bocina y de nuevo la bocina intentan interrumpirnos pero seguimos sin detenernos. Hasta quizás, de pasada, observamos a la gente que se detiene, mira y hace gestos; y no lo puede creer. Los autos van mas lento, la gente gira sus cuellos y sus caras parecen tener una vida que antes no se molestaban ni por simular. Todo se lentifica pero lo dejamos atrás y no perdemos la oportunidad de cruzar otro semáforo en verde. Continuamos y miramos para adelante, quizás para los costados, pero nunca hacia atrás, porque estamos apurados, cada vez más apurados. En ese momento se cruza una mujer con un cochecito vacío, el semáforo se pone rojo y todo se detiene. Y pensamos... Pensamos que el alma pesa 21 gramos. Pensamos que la culpa es un si bemol repetitivo. Pensamos que la culpa es un camión de basura a las 3 de la mañana desde un primer piso. Pensamos que la muerte y el miedo son diferentes. Pensamos, sin embargo, que la muerte y el miedo son una canción mal ejecutada. Pensamos que para todo hay un tiempo. Pensamos que dejar un hueco para avanzar puede detenernos. Pensamos que es tiempo de dejar de pensar y avanzar, se puso verde el semáforo y dos autos están por chocar, para no atropellarte. Y seguimos. Caminamos de nuevo.