sábado, 26 de julio de 2014

Vestida de pájaro.

La suerte me patea los talones
hasta el acantilado de tu cuerpo
y sonríe el viento en mis manos
que siente las caricias blancas.

De espaldas y culos al mundo
se cruzan nuestras sonrisas;
y por una vuelta de sol
somos, juntos, tan eternos como un instante perfecto.

Tu sonrisa, vestida de pájaro,
me invita a volar
y corro levantando los brazos
hasta el aire liviano de tu aliento, de tu alma.

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