sábado, 21 de enero de 2017

Abrazo de mujer

A decir verdad sólo necesito un abrazo de mujer. Nada de lo que me dan, sólo un abrazo. Ni palabras ni un beso, sólo un abrazo. Nada de sexo ni de promesas o esperanzas, un abrazo nada más. No necesito la compañía ni la verdad, sólo un abrazo me confortaría. Esas caricias que me erizan la piel y tanto me gustan no son suficientes como el abrazo que reclamo y necesito. Ni siquiera el amor o el cariño propio del abrazo es necesario, solamente con el abrazo podré yo imaginarlo, inventarlo, crearlo. Y es que uno está así, tan solo; y entonces uno sólo quiere un abrazo. Lo quiero, lo necesito, el abrazo de mujer. Quiero silencio y unos brazos donde quebrarme, nada más. Encogerme y refugiarme de una vez en un abrazo. Llorar, estar debajo de la cabeza de una mujer, sentir los brazos que me rodean y me aprietan con más fuerza de la que yo tengo ahora, sentirme débil pero protegido, abrazado... sentirme abrazado. No es que no encuentre otras palabras, es que sólo quiero sentirme abrazado, nada más. Rendirme lacrimoso, hecho una piltrafa, ante los brazos de una mujer. Caer rendido en un abrazo de mujer.

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