viernes, 17 de mayo de 2013

Las palabras de afuera


Está caminando de nuevo. Camina mucho hoy, como nervioso... algo estará pensando. Yo lo veo desde acá y comentamos con Rodrigo hasta que después se acerca y entonces nos quedamos callados o quizás hablamos más que nunca y vivimos sin saberlo. Se sienta y lee. Agarra libros y lee. Lee libros, pero no vive. No para de leer, y entonces llega ese momento en el que se pone a escribir, ese odioso momento. Es que con Rodrigo no estamos en nosotros mismos cuando escribe, ya ni lo vemos ni comentamos de Él. Se pone a escribir y el mundo pasa a ser otro, uno muy diferente, uno de palabras que hieren y dan alegría que se termina, de palabras de tristeza y de esperanza que desilusiona, de palabras de principios que siempre terminan… Y del final se trata todo. Está pensando en eso. En ese final que ya estaba por llegar y que sin embargo con Rodrigo no comentábamos (o lo hacíamos sin saberlo). Nosotros nos movemos, hablamos, vivimos mientras Él escribe esos rumores, esos conflictos y esos problemas que ni Él conoce, que Él nunca vivió realmente. Con Rodrigo seguimos con nuestras vidas y seguimos riéndonos y amándonos juntos. Me acompaña a la peluquería, vamos a bailar juntos, visitamos a nuestras familias y también tenemos nuestros conflictos y problemas. Ahí se levanta y se va a conseguir algo para comer, la ansiedad lo domina con este final que piensa tanto. Yo no entiendo por qué es que hace esto todo el tiempo. No llego a entender nunca por qué nos lastima de esta forma a Rodrigo y a mí. No entiendo por qué tantas palabras y palabras y por qué ese punto final. Rodrigo piensa igual que yo. Sin embargo, lo dejamos ser y ahí está el error. Nosotros tenemos que ser el cambio en Él y no Él en nosotros. Se lo propuse a Rodrigo, pero siempre fue más desprendido y me dice que no le de bola … No soporto más vernos a nosotros así gracias a Él. Las palabras no nos van a separar, eso seguro y con Rodrigo vamos a elegir nuestro final… Y Él que se vaya a cagar.

PD: La novela de Él nunca llegó a un punto final y fue abandonada, y Rosario y Rodrigo sobrevivieron a las palabras y viven como quieren en ese libro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario