Fue sólo un instante. Tres segundos, dos o
cuatro; pudieron haber sido horas, pero no lo sé porque fue un instante de los
que no se miden en el tiempo que usamos siempre. Un instante que te absorbe. Estaba
parado y viendo todo. Todo el ruido formaba un silencio perfecto para
reflexionar, para darse cuenta que estaba en frente de lo que se llama “vida”.
Era música, algunos tragos servidos y yo estaba ahí parado, quieto, observando
y me di cuenta que la “vida” era eso que estaba viendo. Los amigos juntos,
hablando, estando con ellos, pasándola bien, mi novia sonriendo. Y todo eso era
la vida. La música dejaba de ser silencio y los vasos volvían a las bocas de
sus dueños por un segundo. Yo me sentaba al lado de mi novia y ese instante
terminó. Dame un trago más amor, que ya vi lo que es la vida y quiero vivirla,
con ellos, con vos...
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