viernes, 22 de abril de 2011

Pocos Saben Existir

¡OH existe! Veo a la puerta existir en su maravilloso blanco. Una manera de existir única, que muy pocos logran percibir. Con su llanto de dolor cuando el hombre la mece con su mano. Desconfianza total en un ser desconfiado de su propia existencia y de la de la misma puerta. Con su silencio apacible, que aleja a todo lo que existe, pero que sin embargo permite a la existencia el encuentro. También así existe la diferencia y también así yo existo. Existo en este mundo donde tienden a no existir tantas cosas. En un mundo en el que se pierde el sentido de la palabra “Discriminar” envuelta en la palabra “Prejuicios” o en que la “Guerra” se mimetiza con la “Paz” (Orwell, tu dolor existe). En un mundo donde esa “Puerta” coexiste “Conmigo” y con todo lo que eso conlleva. Cómo es eso de existir para la puerta, tan objeta. Esa puerta que en un bebe llega a significar un límite nefasto de lo existente. Si existiera el unicornio que tanto anhela mi hermana. Probablemente no exista o quizás sea que existen otras puertas, sin embargo, también probablemente, acondicione a mi mundo para poder exigir aquella existencia... Y entonces, ¡OH hermana! ¡OH, existe!

F.S

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