No
todas son rosas en el campo del rey
No
todas las rosas del campo son del rey
No
todos los reyes saben mucho sobre rosas
No
todas las rosas quieren saber de algún rey
El
fuego del infierno se apaga con las lágrimas. Son ellos los que sufren, son
otros los que sufren. Caminan en el borde de los corazones a la velocidad de
sus puños quizás. Lloran los otros pero su llanto es el peor, es otra su
forma de expresión. Es esa gente de por ahí que alimenta el ego de Almafuerte
dando a entender una maldad natural. Pero yo no quiero que ella llore, no
quiero que él llore. Déjenlo en paz y que en paz descanse sin tener que esperar
a la muerte. Un castigo por un crimen nunca cometido y algo más triste es esa
gente de por ahí. Gente que aprendió a llorar mal, que no sabe reír como ríen
los árboles que no lastiman. Que dejan huellas de camiones llenos de vodka en
el cuerpo de la indefensa mujer que habla sin hablar. Esa gente de por ahí que
muere por dentro mientras el otro empieza a vivir. Lástima, mísera lástima, la
que se le tiene a los enemigos cegados por la soberbia. Yo no creo que todo sea
malo, vení conmigo y vivamos. Animate a hablar de una vez y que su mano no sea
más fuerte que tu corazón. Animate a animarte de una vez y que tu vida sea la
tuya y no su muerte. Rezo por vos, pero no sólo rezo. Sufro por vos, pero no
solo sufro. Que mueran ellos solos… esa gente de por ahí.