lunes, 5 de diciembre de 2016

Nosotros y la vida

Nos despertamos. Nos llevan al fondo de la casa y nos invitan a jugar. Todo está bien por ahora. Pisamos el pasto con nuestros pies, tocamos la tierra con nuestras manos, nos caemos y sale una frutilla en nuestra rodilla. De la caída sale un fruto, siempre. Nosotros y el jardín.

Pasa otro día y nos despertamos. Nos ponemos las zapatillas, nos atamos los cordones y pisamos el asfalto para ir a lo de alguien más que nos invita a jugar. Leemos las instrucciones, tiramos unos dados que nos indican a donde ir y hacia allá vamos. Nosotros y las reglas.

Algunas semanas pasan y nos despierta una alarma. Tenemos mucho sueño. Nos ponemos el traje, las medias, los zapatos y salimos para el café. Nos sentamos lentamente. Como sin ganas, nos ponemos los anteojos y vemos las noticias, a través de una pantalla, a través de las palabras de alguien más. Cada tanto bostezamos y nos distraemos como si quisiéramos estar en otro lado. Alguna vez que otra el parpadeo es más largo. Nos están durmiendo. Nosotros y palabras.

martes, 4 de octubre de 2016

Encuentro con lo Real

Te peinás un poco con la mano, te mirás en el reflejo de la puerta (si, estás ahí, sos vos), suspirás pensando una frase de cabecera, tocás el timbre y esperás con una sonrisa ensayada aunque verdadera. No hay respuesta. No te exasperás aunque algo te inquieta sin que tomes conciencia de Ello."Quizás no escuchó, fue un solo timbre". Volvés a apretar el botón pero nada viene del Otro lado. Otra vez nada, otra vez algo. Ahora te inquieta más y lo podés sentir. Pensás y no encontrás otra explicación. O las encontrás pero ninguna te conforma. Otro timbre más y la angustia te invade. No entendés. Nunca lo entendés, sólo lo sentís. No hay respuesta. Todo menos una respuesta. Te ves al borde de un agujero, de la nada, no hay respuesta. Te sofocás y te decís a vos misma, aunque no muy segura, que murió, y después peor, pensás que está con otra. ¿Y que cómo puede ser y que quién será? Por qué me haría es... Hola amor! Bajé a comprar unas birras para ir a lo de Martin.

Ahora tenes la respuesta del Otro. Esquivás el agujero y estás segura. Ahora la angustia se va, aunque en algún momento te va a extrañar.

lunes, 22 de agosto de 2016

Encuentro

Por esa calle que no caminás podés ver una ventana que no ves en un edificio al que no entrás. Ahí, una persona que no conoces se prepara un café que no saboreás y se pone la ropa que no le sacas. Saluda al hermano que no saludás y abre la puerta que no cerrás. También elige un camino que no elegís.

lunes, 11 de abril de 2016

El libro de la muerte

Te encontrás a vos mismo caminando por la calle y visibilizas diferentes opciones: que un colectivo te atropelle, que te disparen para sacarte la billetera y el celular o que una estructura de edificio se te caiga en la cabeza. Sin embargo seguís caminando. Dos pasos y en una bocanada de aire entra por tu boca un virus microscópico y desconocido. Una hora después morís.

martes, 29 de marzo de 2016

Lo mismo de nunca


"No todas son rosas en el campo del rey.
No todas las rosas del campo son del rey.
No todos los reyes saben mucho sobre rosas.
No todas las rosas quieren saber de algún rey."*


Muchas veces me gusta comer con vos, ducharme con vos, ir al baño con vos, coger con vos, tomar agua con vos, respirar con vos. Muchas otras veces me gusta hablar con vos, jugar con vos, escuchar música con vos, coger con vos, ver una película con vos, pasear con vos. Otras veces no. Los besos son míos y te los doy, pero algunos besos me los quedo. No todo te lo comparto, sino no habría ni yo ni vos, aunque en realidad nunca los habrá tan definidos. Yo no soy vos, vos no sos yo y yo no soy yo. Soy nada y en ese ser nada soy todo. Soy posibilidades, potencia. Soy un viento que lo recorre todo y para el cual el límite no existe, una caricia de amor que en realidad nunca termina, un pasado pero más precisamente soy un futuro que todavía no está. Soy mis besos que te doy, los que elijo no darte y aquellos que inventaré. Un campo para recorrer eternamente. Soy eso que todavía no es y que muchas veces ama comer con vos, ducharse con vos, ir al baño con vos, coger con vos, tomar agua con vos, respirar con vos. 

*Tirando Piedras al Rio, Miguel Abuelo

martes, 22 de marzo de 2016

Panóptico

Te sentás sola en ese café. Tanta gente para elegir, pero te sentás sola. Recorrés historias en las diferentes miradas, en las palabras que apenas oís, en los movimientos de las manos que dibujan estelas. Nadie lo ve, sólo vos, sólo vos sola. Ves lo que no ve nadie porque nadie elige ver. La vida pasa al lado tuyo. Te acaricia los pelitos del brazo con un roce casi imperceptible (para ellos, claro, tan concentrados en vivirlo). Te abstraés y ves la vida pasar en todo lo que te rodea, en todo lo que hay. Tus ojos son cada vez menos tuyos y más del tiempo. Estás casi como en un sueño hasta que tomás ese café de un solo sorbo y volvés a vivir. Ahora dejás de estar observando abstraída. Que único y necesario que fue: poder conocer lo que otros no conocen, poder sentarse sola en un café. Sentarse sòlo por sentarse. Ver por ver. Quizás mañana elijas otra casa de café y la vida te acaricie nuevamente en esas miradas, en esas palabras, en esos movimientos de la mano dibujando estelas que no son tuyas, que son historias.

viernes, 18 de marzo de 2016

Aunque no lo elija

Esa película que viste en el cine, eso soy. Dos horas... tres, si duró más de lo que debía, y se termina. Hablás, discutís, pensás sobre esa película, pero pasa el tiempo y todo se esfuma. Volver a verla nunca va a ser lo mismo que la primera vez. Soy una lluvia pasajera que alivia del calor, que te da miedo con sus truenos o que te moja e irrita. Pero principalmente no soy más que un recuerdo editado inconscientemente. Aunque no lo elija, por lo menos espero ser el mejor.

miércoles, 16 de marzo de 2016

San Marcos Sierras

Un ruido constante en la sierra. Agua que baja en un sentido pero sin sentido. Las algas que recorren el cuerpo del río. El bosque impone su verde sobre el marrón y sobre el verde de nuevo. Esquimales de la tierra, de su blanca nieve transformada en vegetación pura. Se camina y se anda. Los pies acarician el cuerpo de las plantas. Tres guitarras irrumpen la calma trayendo otro tipo de armonía. Siempre armonía. Las voces que cantan son todas. Acá todo es majestuoso. La calma del agua de la sierra tan verde con su resonancia hueca en la que fluyen las tres guitarras y todas las voces. La armonía, lo majestuoso.

martes, 8 de marzo de 2016

Profesor

Hubo una vez un profesor que enseñó a dudar. Hubo una vez un profesor que les otorgó el poder sobre la sabiduría a los alumnos. Hubo una vez un profesor que les permitió simplemente curiosear. Hubo una vez un profesor que priorizó el desaprender para volver a aprender por sobre el conocimiento preestablecido. Hubo una vez un profesor que preguntaba. Hubo una vez un profesor.

jueves, 3 de marzo de 2016

El escape imperfecto

Nos escapamos del paraíso mirando atrás. Tenemos todo pero nos vamos. Es que tenemos que hacerlo. La libertad no existe. "Ya volveremos", nos consolamos, y al fin de cuentas sólo queda eso: un consuelo. Los recuerdos no son nada si todo eso era el paraíso y ya no se está ahí. No sirve el recuerdo de lo perfecto sino la perfección vivida. Seguimos caminando a un destino peor, y lo sabemos. Seguimos caminando y empezamos a correr para que sea rápido, para que duela una vez y nunca más, para que sea la muerte. La muerte es la meta; el paraíso es el viaje, la vida; y siempre corremos y nos escapamos del paraíso. Nos vamos del paraíso, mirando atrás... Siempre mirando atrás.

lunes, 22 de febrero de 2016

Buenos Aires Fever

Que linda te ves Buenos Aires
Que linda te ves con tu vestido de verano,
con tu pelo marrón cayendo en tus hombros.
Que linda que estás con tu mirada morena, arrogante,
sin sonrisa en el semblante.
Que bien te ves cuando caminás con tu forma casi europea y casi latina
tan argentina.
Tus labios gruesos, tus labios finos,
la altanería en tus palabras,
las chicanas.
Tus calles misteriosas Buenos Aires.
Ese que se yo en tus tardes.
Las casas que son menos
y los departamentos.
Cuanta vida en tus palabras,
tus letras, tu literatura
Charly García y sus grasas.
Belleza al sentir tu transpiración
húmeda en las paredes, en los trajes. Los tacos.
Los bondis llenos, los insultos altos.
Que linda Buenos Aires que es tu lluvia
que vacía las calles y lo tiñe todo de gris oscuro
y que en su paso, paso de mujer que arrasa,
me brinda la calma y la tormenta del momento justo.
Buenos Aires si supieras como te ves
con tus luces, con tu sol y con tu luna;
con tu vida,
con tu noche siempre más nocturna.
Ay Buenos Aires, que linda que te ves con tu vestido de verano.
Con tus piernas, con tus ojos café, con tu cintura perfecta.
Con tu mirada interesante, con tus fantasías perversas.
Ay Buenos Aires, que linda mi Buenos Aires.

Problemas del colectivo

      Él está sentado en el último asiento del colectivo. En la parada de Scalabrini y Cabrera se sube ella que pide al colectivero el boleto hasta Facultad de Derecho y se posa en las barandas para discapacitados. La mira, distrae su mirada por la ventana y la vuelve a mirar. Desvía la mirada nuevamente intentando esquivar el contacto visual. Pensar y mirar, es lo único que hace y lo hace sin parar. Su cabeza es un torno con sus vueltas y ruidos.

     Sol Do y una nueva canción. Adentro. Se levanta del asiento, camina hacia donde esta ella y empieza a hablar sin freno: "Sos un problema. Desde que te subiste al bondi sos un problema. Uno hace su viaje de todos los días (o no), uno esta en su zona de confort y de golpe se sube un problema. Te subís y entonces mi cabeza arranca: "¿Le hablo o no le hablo? ¿Qué le digo? ¿Y si me rechaza? Mi orgullo, mi autoestima. ¿Y si no le hablo y mañana ya me olvido de esa mina que se subió al bondi cuando iba a visitar a mi vieja y así chau problema? ¿Y si no le hablo y me pierdo de algo importante, básicamente de vos? Ademas... ¿y si no te puedo olvidar después? Ya está, le hablo, problema solucionado. Pero esperá, no termina ahí, ahora ¿qué le digo? Y la cabeza de nuevo arranca: "Si le digo tal cosa quedo como un nabo (¿no es siempre así cuando se encara a una mina?), si le digo tal otra quedo como un loco, si te digo otra boludez va a ser lo mismo que cualquier otra persona." Resuelvo entonces que te voy a decir algo original, que no te persigas y a la vez sencillo, bajo perfil. Hasta ahora entonces, te subiste al bondi sin decir nada y ya fuiste dos problemas para mi. ¿Te das cuenta, no? Obviamente la cosa sigue. El rechazo o la aceptación. Tengo que tener una reacción pensada para cualquier ocasión. Si me rechazas me destruís, quedo mal parado frente a toda la gente del colectivo y claramente la opción más lógica sería bajarme y seguir caminando a lo de mi vieja como para despejar de paso. Esta opción hace que me replantee mínimo tres veces más el primer problema. Tenemos un problema más que lleva a repetir el primer problema encima. Tres problemas sos y eso que me cuento sólo a mí. Quizás para algún otro del bondi también generes algún problema y seguís sumando y sumando. Por otra parte, si me aceptas voy a estar más contento pero tengo que seguir la conversación. Tengo que prometer que sea fluida, que siga interesándote, hacerte reír o al menos pensar, lo cual, provoca otro problema porque implica cierto esfuerzo y talento. Al principio la conversación sería más rígida y dura, pero después, entrando en confianza, sería todo más fácil y daría gusto pero surge otro problema. A esa altura de la conversación probablemente alguno de los dos tenga que bajarse porque llegó a su parada. Decisión, nueva decisión. ¿Me bajo o me hago el boludo unas paradas más para seguir hablando? Y si te bajás vos, ¿me bajo y te acompaño caminando por más que quede lejos de donde tengo que ir? ¿Me bajo en lo de mi vieja y te dejo bajar sola para no ser tan obvio? Cuando decido eso, que claramente, y por más que lo medite mucho, lo decidiría en el momento, llega la despedida. Otro problema más y seguís sumando. A todo esto, se subió más gente y sos problemas nuevos para esa gente nueva también así que tenés más porotitos. Volviendo, en la despedida tengo que ver cómo hacer para mantenernos en contacto. ¿Tengo que pasarte mi celular o vos me pasas el tuyo? Si te paso el mío el poder lo tendrías vos y probablemente no me escribas. Si me pasas el tuyo me pongo nervioso para teclear y ademas no quiero que nadie escuche tu número más que yo. Siempre hay probabilidades de que pifie algún número, de que mientas o escuche mal. De poder superar esos problema a la hora de anotar tu celular (y eso que no hable del momento en que te lo pediría, más problemas) queda el momento de empezar a hablarte. ¿Mensaje? ¿Whatsapp? ¿Llamar? ¿Con qué excusa? ¿Qué digo? ¿A qué hora te hablo? Igual prefiero ni hablar de eso porque eso lo haría estando en mi casa y ahora estamos en este colectivo. Como ves, sos miles de problemas para mí, pero eso es lo que quiero: problemas. Cuando subiste al bondi y te vi, supe que eras un problema pero que valía la pena, que había que superar. Que aburrida sería la vida sin problemas, sin obstaculos. Soy Federico, ¿cómo te llamás vos?"

     La chica tocó el timbre rápidamente y se bajó sin voltear nunca su mirada del frente, hace 15 minutos. Él nunca dejó de pensar e imaginar. Nunca se paró aunque le hubiese encantado. Nunca dijo nada. Nunca enfrentó un problema. La gente se divide entre los que elijen vivir y los que se dejan vivir por la vida. Los que viven y los que en realidad lo único que hacen es morir día a día.

viernes, 19 de febrero de 2016

Todas las hojas son del viento

Jugamos ahora que las hojas que caen son el tiempo y es siempre más corto el invierno aunque las canciones digan lo contrario. La fuerza es ahora el viento que empuja. El tiempo entonces se nos hace tan subjetivo. Las hojas que caen son nuestras y el viento nos las quiere sacar. Y siempre al fin de cuentas todas las hojas son del viento, y ya no hay nada que yo pueda hacer. Ya no jugamos, ahora. El tiempo se fue con su fuerza.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Llanto de mujer

Me da miedo morir pero más miedo me da tu llanto.
Me da miedo escucharte. Irrupciones y espasmos, respiración irregular...
palabras que no salen.
Me da miedo tu labio inferior pesando y el superior tensándose.
Me generan terror tus lagrimas brotando de tus ojos,
y tus ojos tristes y caídos, llenos de cristales me escandalizan del susto.
Tus cejas fruncidas recorren mi espalda llenándola de escalofrios.
El recorrido del agua en tus mejillas me atemoriza más que la muerte.
Más que la muerte propia, la muerte de un pedazo de tu inocencia, de tu amor, de tus lágrimas saladas en tu boca;
la tristeza pura en tu alma.
Me da más miedo abrazarte y no saber qué hacer, desesperarme en tu llanto
desesperado
Tus párpados mojados me empapan de horror.
Tu pelo largo de mujer en mis manos que no saben consolar
Tu saliva pegajosa e invasiva me invaden.
Tu llanto me asusta
más que la muerte
Tu llanto
Mi muerte.

sábado, 6 de febrero de 2016

Desacuerdo

Dos personas se ponen de acuerdo en desacordar. Dos cuerdos desatan sus pensamientos. Dos locos libres de toda cuerda. Los zapatos sin cordones no les pesan. Pero los demás no andamos asi. Una soga es nuestra única seguridad. Estamos colgando de un hilo. Los cuerdos a cuerda andamos y una cuerda es nuestro sostén y otra más es nuestro camino, el único camino. Entonces nos ponemos de acuerdo en desacordar y los zapatos sin cordones no pesan más. Saltamos.

jueves, 4 de febrero de 2016

Bon Voyage

Bolsos de un viaje en el piso. Recuerdos, anécdotas en el piso. Música lenta y nostálgica en la cocina. La transpiración y el calor, los protagonistas. Un sol que quema los cuerpos sumergidos en alcohol, deshidratación. Una botella de agua por fin fría junto con un ventilador que gira en la búsqueda de nada., la única lucha. Nos encontramos dentro del despelote, dentro de lo extraño y ajeno. Ninguna tierra es nuestra, simplemente está y estamos, y no pararemos de conocerla. Bolsos de un viaje en la espalda transpirada. Recuerdos, anécdotas en nuestro porvenir. No pararemos de conocerla.

domingo, 31 de enero de 2016

Pandora

 La espontaneidad de una risa que lo explica todo. La intensidad de una mirada intimidante de un amor no correspondido. El escalofríos de las palabras precisas. El calor de un abrazo en el momento justo. La calma del río. La humedad de un beso ansiado pero siempre callado.  El hambre del silencio que pesa tanto hasta no ser saciado con un "te quiero". La fuerza de un suspiro que nunca fue. La fluidez de las lágrimas de un llanto que irrumpe en manantial. El ahogo de un grito por la desesperación del no poder. La fiereza de la tormenta. Todo en una caja negra con un retrato tuyo en la tapa.